Fue en febrero cuando se armó el gran debate por la bicicleta presidencial.
Como a Felipe Calderón le gusta esta disciplina, mandó a pedir a Wisconsin (a la fábrica Trek) una bicicleta de montaña. Qué si se la regalaban, que si la pagaba, que si era muy cara (13,800 pesos), que si no era un gasto superfluo…
El caso es que no es la única ‘bicicleta presidencial’ que vive en el garage de Los Pinos.
A pedido también, Calderón solicitó otra bici a la empresa mexicana Biciclo (de San Luis Potosí) quienes se esmeraron en esta especial unidad. Se hizo a medida, se pintó de color rojo quemado, se le confeccionó especialmente un asiento en piel. Es mucho más sobria, sin banderas, ni escudos nacionales, ni colores patrios. ¿El costo? Unos 8,000 pesos.
“Es un híbrido de montaña y calle, lo que se conoce como confort bike”, me contaban desde la planta.
“Y además es muy liviana porque el presidente anda muy rápido. Parece que trae en jaque a los del Estado Mayor”, agregó el autor de la obra.
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