Mercados

El peso mexicano finalizo con un leve retroceso de 0.11%, presionado por persistentes temores de debilidad en los mercados crediticios, que provocaban una retracción de flujos en las principales plazas accionarías. El tipo de cambio retrocedió 1.20 centavos a 10.9400/10.9415 pesos por dólar. En un periodo caracterizado por una fuerte turbulencia en los mercados internacionales, el peso logró resistir, al acumular una depreciación semanal de sólo 0.05%. Los mercados se mostraron nerviosos por expectativas de una recesión en la economía norteamericana, lo que afectó negativamente a la cotización del peso, encontrando respaldo en los altos diferenciales de tasas de interés entre México y los Estados Unidos, así como en la existencia de altos precios del petróleo.
Fuente Ernesto Tello Jimeno